25 de noviembre de 2006

Bush hablando al revés...
Sección: MIS INFLUENCIAS
Uno de los mejores poemas que he leído - de los tantos que se han escrito - contra ese “enemigo público número uno” de los pueblos libres del mundo, que es: G.Bush. Te felicito Rogelio... (espero no te enojes por incluirlo sin consultarte...) h.urruspuru


Retrato de familia en tiempos de vergüenza
Rogelio Ramos Signes


El abuelo Prescott
heredó del bisabuelo Samuel
ese olfato para los negocios
que lo hizo financiar a Hitler
y a su escuadra de buenos muchachos,
Junior.
El abuelo Prescott era un travieso.
Cierta noche de 1909
entró en un cementerio apache
y robó la cabellera inerte del indio Jerónimo.
La devolvió años después.
Bueno, el abuelo Prescott
que era un travieso
devolvió una réplica de la cabellera de Jerónimo.
Su padre Samuel (el bisabuelo Samuel)
calvo y blanco, sonreía desde su propia tumba
festejando la travesura del pequeñín,
de treintaitantos años por entonces.
El abuelo Prescott
sabía cómo derivar el dinero de los nazis
al norte de América, vía Holanda,
Junior.
Un hombre con esas aptitudes
merecía tener un sucesor
que no echara por la borda tanto logro.
Así fue como puso al prometedor George
(a tu padre, Junior, a tu padre)
al frente de la CIA,
para que aprendan esos comunistas
del sudeste asiático
(donde quiera que quede el sudeste asiático),
y al frente del gas-oil texano y
ya que estaba
lo puso también en la presidencia de los Estados Unidos,
para que aprendan esos beduinos
del sudoeste asiático
(que queda al sur y al oeste de Asia
como todos saben)
.
Y como todos saben también
que eras el tonto de la familia,
el eternamente bobo que se atragantaba con galletitas
por no hacerle caso a su mamá,
había que ungirte presidente del mismo modo
y lanzarte al ruedo a robar petróleo
para sumar esas monedas
a todas las monedas ganadas
con el oro ensangrentado de los nazis
¿Qué otra cosa podían hacer contigo
si ni siquiera sabías jugar al tenis
con ridículos politiquitos sudamericanitos,
chiquititos, ignorantitos, ladroncitos?
Tenían que ungirte presidente
(no les dejaste otra salida, Junior)
y exigirte que hablaras del Bien y del Mal;
es decir, de los Estados Unidos
y de los enemigos de los Estados Unidos,
que en verdad no son enemigos
sino antiguos socios
que no respetaron las reglas del juego.
Es que el oro de los nazis y los dineros de la 2ª. Guerra
ya estaban reproduciéndose
en manos de los Rockefeller y de los Roosevelt
y de los Kellogg y de los Goodyear
y de los Vandervilt y de los Forbes,
Sólo les quedaba hacerte presidente, Junior
como a papá Senior, igualito,
para que siguieras viboreando esos desiertos
en busca de petróleo
como un osado tomahawk en busca de su presa.
Pero no querías ser el tonto de la familia,
el repetidor de temas ya tratados,
y quisiste producir tu propio Pearl Harbor
(porque en definitiva tu futuro estaba en el teatro,
igual que Buffalo Bill)
y dejaste que se vinieran abajo las torres gemelas
que eran la rúbrica de la ciudad
donde todo se decide,
y te calzaste tus cartucheras gonorreicas,
vaquerito de plástico explosivo,
maldito junior
maldito cobarde, pusilánime, medroso
vomitivo y maldito
y malditos tus hijos
y los hijos de tus hijos
y tus perritos falderos
(Tony, Silvio y José María, tan obedientes)
y los hijos
y los hijos de los hijos
de tus perritos falderos.
¡Otra vez en carrera, muchacho tonto!
y sin tener en tu haber aunque sólo fuera
una pasante joven y gorda y blanca
que en la negra Casa Blanca
te bajara el cierre del pantalón y.
Ni eso,
porque aparte de tonto eres feo,
bueno sólo para la guerra desigual,
una más en la larga cadena de guerras
desde Cuba hasta Kuwait
desde Puerto Rico hasta Afganistán
desde Filipinas hasta Irak
y China y Corea y Vietnam
y el Golfo Pérsico y las galaxias
¿Y mañana?
Venezuela OK / Colombia OK
¿Con qué delirio paranoico de bolsillo insaciable
te despertarás mañana, feo muchacho republicano,
para poner en práctica tus ataques preventivos?
Te mataré antes de que me mires
será tu lema
Te mataré porque no me gustas
será tu lema
Te mataré porque tu hamburguesa
es más grande que la mía


Bush
asqueroso Bush
repugnante Bush
nauseabundo Bush
pútrido Bush
pequeño Bush desilustrado
maldito
eternamente maldito
junto a tus hijos
y a los hijos de tus hijos
y a papá, que ya no juega al tenis
(próstata mediante)
y al abuelo Prescott
que financió al ejército nacional socialista
del Fürer
y que nunca devolvió la cabellera del indio Jerónimo.